Caer otra vez, como siempre.
Y cuando ya piensas que todo había cambiado y que había salido de tu mente por fin, te das cuenta de que no era así, de que nunca salió y tú nunca quisiste que saliera, de que siempre va a parmanecer ahí y de que la distancia no hace el olvido.
 
 
 
          
      
 
  
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
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