lunes, 6 de diciembre de 2010

3MSC.





Doscientos por hora, a toda ostia. No quiero enterarme de lo que pasa alrededor. 



Pero derrepente aparece alguien que te dice que aflojes, y cuando aflojas te das cuenta de las cosas, te das cuenta que tras las botellas de tequila hay un trofeo de baile, que está sonando tu canción favorita y que la camarera se iría a cualquier rincón del mundo contigo. 


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